El malagueño tenía dos enemigos este martes: su rival y su propia cabeza, que en múltiples ocasiones le ha pasado factura. El apartado mental es clave en el deporte de la raqueta y el hecho de que todavía no haya ganado ningún título ATP, a pesar de haber disputado varias finales y tener calidad de sobra para ello, evidencia cuál sigue siendo su principal debe.
Royer se mostró muy sólido en el set inaugural, sin ofrecer ninguna opción de rotura y disfrutando de tres a su favor, y se acabó imponiendo por 4-6. Así, Davidovich estaba obligado a reaccionar y a dar la vuelta al marcador solo dos días después de la dolorosa derrota ante Fonseca en la lucha por conquistar el torneo de Basilea.

El talentoso e irregular jugador, contrariado por la decisión de Ferrer de no incluirlo en la convocatoria de la Copa Davis, empezó el segundo set de forma brillante tras encadenar cinco juegos victoriosos. En apenas media hora, el malagueño dio forma a un contundente 6-1 y se mantuvo con vida en el duelo.
Con cinco errores no forzados menos y nueve puntos ganadores más que su oponente, Álex asestó un golpe letal al francés al romper el saque para el 4-3 en su tercera oportunidad. Luego, cuando ya se acariciaban los 120 minutos de acción, convirtió el 6-4 definitivo al hacer buena la segunda bola de partido.
