Los primeros en caer enfermos poco antes de la semifinal del Mundial fueron Upamecano y Rabiot. Luego le tocó el turno a Kingsley Coman. Ninguno pudo jugar el trascendental encuentro ante Marruecos. Pero lejos de quedarse ahí, el virus se ha expandido a otros dos jugadores. 

Ambos fueron los centrales titulares en ese partido que otorgó el pase a la final: Varane y Konaté. Un hecho que preocupa y mucho a Didier Deschamps, que no ha dejado de tener contratiempos desde incluso antes de comenzar el Mundial. 

Ya tuvo que descartar de la convocatoria a futbolistas clave en su centro del campo como Kanté y Pogba. Luego, ya a punto de comenzar la Copa del Mundo, llegaría el turno de excluir a Nkunku y a Benzema. Tras el primer encuentro, se produjo la grave lesión de rodilla de Lucas Hernández.

Ahora, según habían indicado algunos medios franceses, parece haberse instalado el virus del camello entre los galos, si bien el seleccionador francés se ha encargado de negarlo e indicar que la fiebre y el malestar se debe al frío por el aire acondicionado.

En todo caso, habrá que esperar hasta última hora para ver si pueden estar disponibles el domingo en la gran final ante Argentina.