A pesar de que los gallegos se vieron superados por el Bolonia este jueves, lo cierto es que ambos conjuntos encaraban el encuentro muy reforzados. Mientras que el cuadro celeste venía de ganar al Real Madrid en el Santiago Bernabéu (0-2), los hombres de Ernesto Valverde llegaban a Balaídos tras haber vencido a otro candidato al título como es el Atlético (1-0). Y a mitad de semana, empate a cero de lo más meritorio ante el París Saint-Germain.
Los de Claudio Giráldez, impulsados por los suyos en una tarde soleada y agradable, empezaron algo mejor. De ahí a disfrutar de ocasiones había un trecho enorme, como el paso del tiempo vino a demostrar. A nadie se le escapa que la posesión no garantiza absolutamente nada, aunque muchos se aferran a ella de la misma forma que un bebé a su chupete. Y nada pasaba. Nico Williams, primero por una banda y luego por la contraria, dejó algunos chispazos.

Una gran ocasión de Williot Swedberg y poco más antes del descanso: irrupción desde la segunda línea tras un buen pase filtrado, recorte de fantasía sobre Dani Vivian y aparición providencial de Aitor Paredes a modo de barrera. La tarjeta amarilla de Ferran Jutglà en el tramo final, aparte de su evidente intrascendencia a lo largo del encuentro, le acabó condenando de cara a la segunda mitad, pues fue reemplazado por Jones El-Abdellaoui.
Dulce adiós al 2025 en Balaídos
El héroe del triunfo en el Bernabéu no se conformaba con su estelar actuación en la capital: una gran acción colectiva, con origen en la banda izquierda y prolongación desde la derecha por medio de Javi Rueda, la culminó el futbolista sueco mediante un cabezazo cruzado ante el cual nada pudo hacer Unai Simón (48'). Y para colmo, Yuri Berchiche tuvo que abandonar el terreno de juego por una lesión muscular.
El noruego El-Abdellaoui, que ya había amenazado con anotar el segundo, cazó un balón muerto y puso la directa rumbo a la portería contraria para marcar el 2-0 con una sutil picadita. La fiesta fue total cuando, poco después, Radu detuvo una pena máxima al pequeño de los Williams en otro duro mazazo para los bilbaínos. Su hermano había caído en el área tras recibir un leve toque de Carreira, que acababa de entrar y pecó de torpe, pero esa gran picardía resultó en vano.

Bastaba con no cometer errores graves para garantizar el ansiado triunfo en casa. El Athletic lo intentó con más corazón que criterio y así era difícil incomodar a una zaga que, sin embargo, vio cómo el recién ingresado Iceta estrelló un disparo al palo tras un saque de esquina. Pese al susto, el Celta mantuvo su portería a cero en un duelo que le acerca al objetivo: consolidarse en competiciones europeas gracias a un proyecto con el sello de A Madroa... pese a los autores de los goles.
Jugador Flashscore del partido: Javi Rueda.
