Como cada 31 de diciembre, la San Silvestre Vallecana regresa para poner fin al calendario del atletismo con dos pruebas: Popular e Internacional. En esta ocasión, será más especial si cabe, puesto que nos encontramos ante el 60 niversario.
A los atletas de élite hay poco que decirles, pero a los populares, intentaremos aportarles ese extra que les ayude a superar la enorme cuesta de la Avenida de la Albufera y llegar a la meta con éxito y sin sufrir más de la cuenta.
Antes de lanzarnos a analizar el recorrido, debemos avisar de que, a causa de gran afluencia de runners y el ambiente festivo que la envuelve, no es la mejor ocasión para intentar hacer marca y conviene armarse de paciencia, pero hay algunos puntos clave en los que se puede volar sobre el asfalto.
Un inicio complicado
Aunque el perfil, exceptuando la subida que tenemos en Concha Espina nada más tomar la salida en la Plaza de los Sagrados Corazones, no sea demasiado exigente, el tráfico de corredores en los dos primeros kilómetros nos obligará a ir algo más lento de lo deseado y es posible que incluso tengamos que llegar a parar a causa de algún tapón generado por la diferencia de ritmos entre los diferentes participantes.
Esa será la dinámica prácticamente hasta que la interminable cuesta abajo con la que Serrano va a parar a María de Molina de paso a un importante repecho de unos 150 metros que nos meterá de lleno en el tercer punto kilométrico del trazado, donde ya podremos coger sitio y empezar a acelerar.
Visita turística
Desde el kilómetro tres hasta el siete trescientos aproximadamente (con permiso de un pequeño ascenso en Atocha), la sensación de ir volando se apoderará de los atletas populares que hayan llegado bien preparados a la clásica madrileña. Sin duda, será la parte más bonita de la carrera, pasando por delante de la Puerta de Alcalá, Cibeles y Neptuno, entre otros lugares de interés.
No conviene distraerse, porque es hasta el final de la Avenida de Ciudad de Barcelona que tendremos la opción de exigirle al cuerpo ir rápido, gracias al perfil descendiente. A partir del Puente de Vallecas, las sonrisas desaparecerán y no regresarán antes de la línea de meta.
Tan temida como mencionada, la Avenida de la Albufera separará a los héroes y heroínas de los simples mortales. Una enorme subida de cerca de un kilómetro pondrá a prueba todo el trabajo realizado a final de año, pero cuando se termine, el último kilómetro nos parecerá un juego de niños y presumiremos, un año más, de haber vencido al peor segmento de la San Silvestre.
Tanto si hacéis un buen tiempo, como si simplemente aprovecháis el día para cerrar bien el año, podréis presumir de despedir el 2024 corriendo el mejor 10K del Mundo.