El fuerte viento que soplaba en la Tacita de Plata, de más de 90 kilómetros por hora, había puesto en riesgo la celebración del partido. Pero la realidad es que la alerta naranja que azotaba la provincia de Cádiz se transformó en amarilla en cuanto Pulido Santana dio su consentimiento para jugar. Fue entonces cuando empezó a soplar un vendaval en el Nuevo Mirandilla que sólo sufrió el Girona. 

Con dos hijos de Eolo como Brian Ocampo y Theo Bongonda, y dos fuerzas de la naturaleza como Escalante y Alcaraz en la parcela ancha, el dominio fue abrumador, casi insolente ante un desconocido conjunto catalán que no sabía dónde ni cómo resguardarse ante semejante tempestad. 

Los fichajes de invierno funcionan

Porque eso es lo que fue el Cádiz durante la primera parte del partido. En el minuto 5 ya iba por delante gracias a una acción personal de Ocampos en el que rompió a Arnau y a Iván Martín para conectar con Escalante en el segundo palo. Al segundo intento, el centrocampista sumó un nuevo gol, el segundo en los dos partidos que lleva como cadista. ¡Qué fichaje!

Y ahí no paró el acoso y derribo. Mientras Aleix García y Oriol Romeu sufrían como nunca en la salida de balón, los de Sergio González volaban. Y así llegaron ocasiones para Roger, Sergi Guardiola e Iza. A este le negó el gol con una enorme estirada Gazzaniga. 

Se olía el segundo gol, la presión daba sus frutos, unos andaban y otros corrían y mordían y acosaban y amenazaban. Superada la media llegó el premio. Fue Guardiola, otro refuerzo invernal, el que lo firmó después de una brillantísima jugada de Bongonda. Partiendo de su propio campo, llevado en volandas por la fiel afición amarilla, el congoleño se fue de todos los rivales hasta ceder a su compañero en el momento oportuno. Guardiola armó la zurda y la colocó donde Gazzaniga, que llegó a rozar el balón, no podía atajar el disparo. Estreno goleador del menorquín ante su nueva afición.  

Una que se frotaba los ojos, y no porque el aire se les hubiera metido en ellos. ¿2-0 y con buen fútbol? Brutal, decían los 14.873 espectadores que ocupaban la grada. 

Triple cambio en el Girona

Estaba claro que no funcionaba nada en los catalanes. De ahí que Míchel quitase a Bernardo, a Borja García y a Toni Villa para intentarlo con Callens, Joel Roca y Riquelme. Y un cuarto de hora más tarde, metió a Tsygankov porque la mejoría, que la hubo, no se traducía en oportunidades claras ante Conan Ledesma. 

El único remate, un testarazo de Iván Martín que se marchó rozando el palo, mas sin que el meta del Cádiz tuviera que intervenir.

Esa tímida llegada no cambió nada en los anfitriones, que seguían buscando a Ocampo, el más inspirado arriba. Cuando el uruguayo cogía la pelota, hasta el viento se detenía para ver qué era capaz de hacer. 

Lo que se paró definitivamente fue el marcador. Por muchos intentos que realizaban los gerundenses, no estaban finos ante la insistencia en la presión local. Se jugaba, de hecho, a lo que estos querían en una completa noche festiva para el cadismo, que duerme gracias al 2-0 fuera de los puestos de descenso. 

Jugador Flashscore del partido: Brian Ocampo (Cádiz).

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