Diez minutos habían transcurrido de encuentro y el marcador ya indicaba a las claras que el único color del encuentro lo marcaban las montenegrinas con su 6-1 y que obligó al seleccionador, Prades, a parar el encuentro.
Pero aunque se redujo la sangría un tanto, las complicaciones seguían, especialmente por la superior envergadura de las balcánicas. Eso dificultaba la circulación de pelota de las hispanas, que no podían correr pero tampoco jugar en estático.
Tras 20 minutos, sólo 4 tantos habían anotado las Guerreras. El lanzamiento exterior, o mejor dicho, la falta del mismo, ya no es sólo un mal endémico para este encuentro sino para el resto del campeonato.
Sólo corriendo como arma en ataque no va a ser suficiente. Aun así, se acercaron 11-9. Pero los bloqueos de Jaukovic y Brnovic, y las paradas de Rajcic eran demasiadas barreras que superar.
Así que a la vuelta del descanso, al que se llegó 12-9, había que remar contracorriente y las fuerzas no acompañaron. En un abrir y cerrar de ojos, la distancia se fue hasta los 8 (22-14) a falta de un cuarto de hora para el final.
La victoria ya estaba más que sentenciada y lo único que pudieron hacer las Guerreras fue maquillar un resultado que deja muy malas sensaciones (30-23).
Como también habrá que ver el alcance de la lesión de la portera Silvia Navarro, que abandonó la cancha poco antes del descanso entre lágrimas tras hacerse daño en una rodilla.
Todos los datos del partido, en flashscore.es