Ya ha sido enterrado varias veces. Pero éste todavía no es el final de Stephen Curry. Primero, porque no lo ha anunciado, y segundo, porque sigue siendo más que un valor seguro: el mejor tirador de la historia continúa siendo capaz de marcar la diferencia en cualquier momento y lugar.
Pero en la NBA actual, cada vez más competitiva, eso ya no basta para ganar el título, que es el único objetivo para alguien como él. El año pasado, bastó un grano de arena en la maquinaria de los Golden State Warriors para apagar una campaña de playoffs que había comenzado con una victoria en primera ronda basada en la experiencia.
El problema de los Warriors sigue ahí: sus líderes envejecen y la más mínima lesión puede ser fatal para el impulso. Curry está obviamente en esa categoría, pero hay menos dudas sobre él que sobre otros: sigue siendo una máquina de tirar, sigue siendo un maestro del juego sin balón, sigue siendo la pieza fundamental del juego reducido de los Warriors, a menudo imitado, rara vez igualado.
No esperamos que gane otro premio MVP, sino que tenga una temporada... regular. Un ascenso al poder y unos playoffs dignos de lo que siempre ha sido: un ganador. Se podría decir que está un poco alto, pero semejante combinación de talento más experiencia más nivel de juego no tiene precio y, sobre todo, es lo que hace que aún pueda creer en la gloria, a sus 37 años.
Estadísticas 2024/2025: 24.5 puntos, 6 asistencias, 39.7% en triples
Objetivo razonado para 2025/2026: 28 puntos, 40% triples, el título, candidato al All-NBA First Team