La enorme victoria de los Mavericks en Minnesota ante los Timberwolves en el primer enfrentamiento de la final de la Conferencia Oeste tuvo en el esloveno a su principal artífice. No sólo él, por supuesto, autor de 33 puntos (15 en el último cuarto), pero sí comandó a los de Dallas a acabar con la manada rival. 

Da igual que esté disputando los playoffs con dolores en la rodilla derecha y en el tobillo izquierdo. No hay dolor cuando salta a la cancha para ganar, ganar y seguir ganando. Un carácter que le viene de serie y que amamantó desde que con 13 años llegó al Real Madrid, al que no deja de enviar guiños. 

"Cuando juegas allí tantos años y ganas allí, se queda contigo. A veces, recuerdas esos buenos momentos de cuando triunfaste y lo que significa ganar", señaló tras la conclusión del encuentro. 

Un ADN ganador que se retroalimenta con cada victoria. De ahí que Doncic ya estuviera pensando en la siguiente, que espera que llegue en la madrugada del viernes al sábado. "No nos podemos relajar, tenemos que jugar con la misma intensidad". Palabra de ganador.