Ricky Rubio (34) ha destacado su autoexigencia como un problema en una entrevista con "Lo de Évole" en LaSexta. "El Mundial 2019 es uno de los éxitos más grandes que tuvimos, sobre todo como equipo. Aunque gané el MVP, No estaba eufórico por ello, porque para mí no era suficiente. Y cuando estoy recibiendo el premio digo 'es que soy un farsante, yo no me merezco esto'. Como en Space Jam, sentía que me iban a quitar los poderes".
También reconoce que en la NBA lo llegó a pasar mal. "El tercer año lo pasé mal. Las cosas no salen y doy una entrevista a un periodista. Mis padres me vienen a ver a Minneápolis y después del partido hablo con mi madre y lloro y le digo que me quiero ir. Y mi madre me dijo 'vámonos'. Le dije que no, pero vi que era alguien que no me quiso convencer, que sólo le preocuoaba que estuviera bien".
Fallecimiento de su madre
Ricky explica lo mal que lo pasó con la enfermedad y el posterior fallecimiento de su madre. "Cuando detectaron cáncer a mi madre, en la temporada 2015-16, estaba muy mal. Salía del entrenamiento y la llamaba pero ese año me iban las cosas muy mal. Ella me colgaba porque tenía que vomitar y estaba mal. En el All Star break decido venir a Barcelona para ver a mi madre y la veo como nunca la había visto".
Y añade. "En el viaje de vuelta pensaba que no tenía que coger ese vuelo, sabía que mi madre no iba a durar mucho. Pero tenía que volver a jugar ¿por qué? Sentía que tenía que ir a jugar, pero no quería hacerlo. Por suerte, mi madre creo que me esperó. Cuando acabó la temporada volví y la pude ver. Si no me espera, no me lo hubiera perdonado nunca".
Segunda lesión de rodilla
También explicó su segunda lesión de rodilla. "Sé que me rompo, pero no lo acepto. No quería ni coger el teléfono, a mi mujer, porque yo sabía que me había roto. Y mi primera reacción es 'esto no me ha pasado a mí, pero se van a cagar y voy a volver más fuerte que nunca'. Y estoy todo un año con una sensación que no la entiendo, que estoy enfadado con el mundo. Voy entrenando como si fuera un robot para que salieran las cosas a la perfección. Pero algo pasaba que no era bueno. Vuelvo a jugar, agoto la preparación para el Mundial y me voy al Mundial, pero tengo una sensación rarísima dentro".
"Algo no va bien"
Sin duda alguna, lo más fuerte de la entrevista ha sido la sensación que experimentó después de ese momento. "Yo me veo en el espejo y pienso, 'algo no va bien'. Paso tres días casi sin dormir y soñando cosas oscuras. Pedí ayuda como supe y esa tarde que tenía libre me viene a ver mi mujer. Le digo 'me tienes que ayudar a hacer las maletas'. Y se ríe y me dice 'vamos a dar una vuelta'. Pero le digo, 'yo no las puedo hacer, no me puedo ir, pero me tienes que ayudar'.
"Mi vida no tiene sentido"
Ricky Rubio prosigue. "Sólo un pensamiento muy difícil y no quiero para nada magnificarlo, pero una de las noches que estaba en el hotel dije 'no quiero seguir, ya no con el baloncesto, con la vida'. Tengo una familia, tengo un hijo... pero lo pensé por un segundo, notar que algo tomaba el control de mi mismo. Puedo entender a mucha gente, tanto la que está en el momento de éxito y que por desgracia se han quitado la vida, o como gente normal que dice que no puede seguir, porque hay un momento en el que todo te pesa tanto... Yo me acuerdo en el Mundial cuando digo 'paro' parece que me muero y que mi vida no tiene sentido".
Asimismo, reconoce que se quedó "a dos sesiones" de medicarse. "Me da mucho respeto medicarme, aunque tengo mucho respeto. Para mí era como 'no lo puedo hacer, no soy suficiente'. Era como una derrota, no poder hacerlo por mí mismo".
Futuro
Sobre su futuro se ha mostrado enigmático. "Me gustaría jugar al baloncesto sin ser Ricky Rubio, pero es imposible. Quiero jugar al baloncesto, pero no puedo. Estoy exprimiendo el máximo para ver si puedo. La respuesta cada vez es más clara. Y lo que sabemos es que no tenemos todas las respuestas. No lo sé ni yo".