Por si no fuera suficiente quedarse sin levantar el trofeo, los tres equipos que perdieron en la definición de la máxima competición continental están atravesando ahora situaciones realmente complicadas e, incluso, extravagantes.
El caso más preocupante es el de los griegos Panathinaikos y Olympiacos, que podrían ver cancelada la final de su liga nacional cuando marchan 1-1 al mejor de cinco partidos. Todo comenzó con el escándalo acontecido en el segundo encuentro, que finalizó con Dimitris Giannakopoulos, presidente verde, escapando del pabellón para evitar ser detenido de por la policía.
Ambas partes están citadas este miércoles 4 de junio, a las 15.00 horas de Grecia (14.00 de España), a una reunión con el Viceministro de Educación, Asuntos Religiosos y Deportes, Yiannis Vroutsis, para esclarecer lo ocurrido. El problema es que ninguno de los presidentes está dispuesto a acudir, lo que provocaría la suspensión inminente del campeonato. La situación es límite.
Lío en Mónaco con Mike James
También está en un momento complicado el Mónaco, subcampeón de la Euroliga 2024/25. Los del principado han suspendido a Mike James (34) de forma indefinida por incumplir el reglamento interno. El estadounidense no juega desde la derrota ante el Fenerbahce, y se ha perdido los tres duelos de cuartos de final del campeonato francés contra Le Mans.
Sin el norteamericano, los rojiblancos sufrieron más de la cuenta para pasar de ronda y tuvieron que recurrir al tercer y último partido. Algo nada alentador de cara a las semifinales frente al Lyon-Villeurbanne.
No es la primera vez que el díscolo James le da problemas al Mónaco. En 2023 fue suspendido por el club tras una salida nocturna por Atenas y en abril de este mismo año la liga francesa le sancionó por un caso de firmas de agentes no autorizados en su contrato. Le supuso un mes sin jugar y 100.000 euros de multa a la entidad monegasca.