Y eso que sorprendió Eslovenia con un acierto ofensivo demoledor tras el salto inicial. Con Doncic recibiendo un 2x1 en sus penetraciones, encontraba siempre al compañero libre que, además, no fallaba. Cuatro triples en sus primeros cuatro ataques y, de repente, un 10-23 en los primeros cinco minutos con Hrovat como francotirador.
Tardó en cerrar su defensa la selección española y en encontrar los huecos en la contraria una vez que Scariolo movió el banquillo. Aldama y Núñez fueron los revulsivos para ir recortando distancias y acabar el primer cuarto a solo un punto (26-27).
Ojo con las lesiones
El propio Núñez, sustituto de Ricky Rubio en la convocatoria y seguro que en el Mundial, puso por delante a España por vez primera en el inicio del segundo acto, aunque los eslovenos aún tardarían unos minutos más en ceder la iniciativa. Coincidió con el susto de Doncic, que se fue incluso al vestuario doliéndose del cuádriceps izquierdo. Antes también se lesionó Garuba, que ya no volvió.
Cuando regresó la megaestrella, la dinámica ya había cambiado a peor para los suyos. Con Aldama jugando de pívot, con Núñez manejando el ritmo y con Rudy también aportando arriba, los campeones del Mundo se escaparon (51-40). Un tiro libre de Luka selló el camino hacia el descanso.
Puntos interiores
Tras reponer energías, la reanudación llegó con defensas más intensas, lo que provocó algún roce, como el de Dimec, que propinó un codazo a Aldama sin venir a cuento. Parra y Brizuela no estaban finos desde la esquina a pesar de una buena selección de tiros y la ventaja fue menguando. En el minuto 27, 59-53.
Desde ahí encontraron a Willy Hernangómez y a Aldama, muy superiores a los pivots de Eslovenia, para recuperar la esencia. Incluso el de los Grizzlies levantó a los aficionados de sus asientos al grito de MVP tras un tapón estratosférico.
Con 73-63 se entró a los últimos diez minutos de partido. Dos minutos tardaron los de Scariolo en anotar, con un triple made in Abrines, eso de recibir y tirar, ya saben. Eran momentos de zozobra de unos y de otros, de mucha posesión y poca puntuación. Fue Abrines, aprovechando que por una vez el Carpena le aplaudía y olvidaba su 'traición' al Unicaja, el que volvió a alumbrar la ofensiva hispana (83-68, min. 34).
Y la distancia ya volvió a aumentar de manera definitiva alcanzando los 20 (90-70), llegando a los 25 (99-74, min. 38) y quedando finalmente en un 99-79.
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