Nueva Zelanda se ha despertado sobrecogida por un repugnante acto vandálico contra las lápidas de Bruce McLaren y su familia, en el cementerio de Waikumete, ubicado en Auckland, la ciudad natal del otrora piloto de Fórmula 1 y fundador de la escudería que lleva su apellido.
Dentro del Gran Circo, el fallecido en junio de 1970 es considerado toda una leyenda. Entre sus logros se encuentran ganar su primera carrera con 22 años (muy joven para la época), durante el gran premio de Argentina de 1960, y crear el segundo equipo con más títulos de la historia, sólo superado por Ferrari.
Pero parece que en su tierra no reconocen debidamente los logros de esta figura del automovilismo, dado que su lápida y la de los familiares que reposan junto a él se encuentran muy dañadas a causa de los reiterados actos de vandalismo perpetrados contra ellas.
La noticia de lo sucedido fue transmitida por la fundación 'The Bruce McLaren Trust' a través de su página de Facebook: "Nos entristece informar a nuestros seguidores que las tumbas de Bruce, Patty, Ruth y Pop en el cementerio Waikumete de Auckland han sido recientemente objeto de actos vandálicos. Han sido rociadas con pintura dorada y se han pegado coches de juguete sobre ellas. No encontramos palabras para explicar por qué alguien haría algo así", contaron, con consternación.
"La organización voluntaria The Grave Guardians, dedicada a restaurar lápidas, nos ha hecho una oferta muy generosa para reparar los daños, por lo que les estamos muy agradecidos. Mientras se lleva a cabo este trabajo, las lápidas están cubiertas y no se pueden ver", concluyeron.
