La primera edición de la United Cup no será recordada con especial cariño en España. Si la primera eliminatoria contra Gran Bretaña se saldó con un 4-1 para los de las islas, la segunda acabó con un 3-2 favorable a Australia, que evitó que la Armada se fuera del torneo al menos con un buen sabor de boca.

La victoria de Nuria Párrizas y la derrota de Rafa Nadal del lunes habían dejado el cruce con empate para la resolución de este martes, aunque ya sin ningún tipo de presión al estar ambos países eliminados. De este modo, el capitán Marc López optó por dar entrada a los menos habituales y apostó para el primer partido del día por la joven de 20 años Jéssica Bouzas, la 193 del mundo, en lugar de una Paula Badosa con molestias en su hombro. La gallega no defraudó y, en el primer partido de su carrera en el circuito WTA, derrotó con contundencia a Olivia Gadecki, la 202 del ranking y que también reemplazaba a la lesionada Zoe Hives, por un doble 6-2 en una hora y 20 minutos.

Con España por encima llegó el turno de Albert Ramos, en el puesto 39 de la ATP y que jugaba en lugar de Pablo Carreño. El catalán no pudo aprovechar su particular bola de partido para cerrar la eliminatoria y cayó ante el exnúmero 1 junior Jason Kubler, actualmente el 107 del ranking y que ya venía de derrotar al británico Daniel Evans, en una dura batalla que acabó llevándose el oceánico por 6-3, 4-6 y 6-3 en dos horas y 10 minutos de juego.

Con 2-2 y todo por jugar llegó el decisivo encuentro del dobles mixto en el que teóricamente iban a hacer pareja Nadal y Badosa, pero la falta de un objetivo competitivo en el horizonte hizo que lo disputaran la propia Bouzas junto con David Vega, que ya habían caído en la eliminatoria previa ante Dart y O'Mara. Enfrente tenían a dos especialistas consumados en dobles como son Samantha Stosur y John Peers, que cumplieron con los pronósticos y se impusieron con relativa facilidad por 6-2 y 6-3 en apenas 58 minutos para darle a su capitán Lleyton Hewitt y a su afición una victoria de despedida.