El Pajarito vuelve a volar alto, muy alto, tanto que de nuevo parece tener ajustado su 'Ojo de Halcón' como antes del Mundial, como al inicio de una temporada que se presentaba como todo un reto para él.
Porque Valverde irrumpió en la pasada como uno de los futbolistas que tiene que liderar el Real Madrid. "Quiero ser capitán", dijo antes de la final del Mundial de Clubes. Y lo será a este paso. Pero antes ha de dar pasos para seguir evolucionando.
Sin embargo, es difícil hacerlo con problemas personales graves. Y también con un físico que, aunque sea un portento, también requiere de cierto descanso. El uruguayo era consciente de que su nivel había bajado, pero de que también contaba con la confianza ciega de su entrenador.
Un Ancelotti que lo retó en privado y en público en verano. "Si Valverde no marca diez goles esta temporada rompo mi carnet de entrenador", llegó a asegurar. Ya no tendrá que hacerlo. Marcó el noveno en la semifinal ante el Al-Ahly y firmó el décimo y el undécimo en la finalísima contra el Al Hilal.
De ahí el gesto de irse hacia el banquillo para abrazarse con su mentor en cuanto anotó el que hacía el número 10. Hubo otro, pero ese tuvo más de dedicatoria familiar. Su pareja estuvo a punto de perder el bebé que esperaban. Por fortuna, todo parece haberse solucionado. Felicidad completa, pues, para Fede Valverde, el futbolista que ha hecho que Ancelotti no deba retirarse a final de temporada.
