"La de vueltas que da la vida" podrían decir en un Barça que no sale de un charco y se mete en otro. Después de la dimisión 'en diferido' de Xavi, el presidente no cortó de inmediato el contrato porque "es una leyenda", dijo entonces. Pero no le gustó esa forma de anunciar su adiós la nave azulgrana con meses de antelación. 

Sea como fuere, el equipo reaccionó, comenzó a jugar bien, a lograr resultados y a ver que lo mismo Xavi sí era el indicado para continuar. Así que entre unos y otros volvieron a hablar, a olvidar rencillas y a recular para que el de Terrassa cumpliera el año que aún le quedaba. Incluso perdiendo el Clásico, y con ello LaLiga, y también siendo eliminado de la Champions con una dolorosa derrota en casa ante el PSG. 

Pero desde entonces, desde aquel 25 de abril, el mensaje de Xavi se ha tornado más pesimista. Y eso no ha gustado en las altas esferas, donde Laporta se subía por las paredes cuando escuchó las quejas del técnico en la previa del viaje a Almería, especialmente cuando comparó el poderío del Real Madrid con las penurias que pasa el Barça en el mercado de fichajes. Tampoco gustó nada cuando se refirió al fichaje de Vitor Roque en enero. El pensamiento público de Xavi no concuerda con lo que le dijo el día antes de anunciar su continuidad. 

Xavi se aclara

"Solo dije que la situación económica no es la mejor y estamos trabajando para revertirla y tener la oportunidad de reforzarnos la temporada que viene. Tengo toda ilusión y la ambición para ganar títulos", aclaró el míster tras la victoria ante los andaluces. 

Pero no ha sido suficiente para quitarle el enfado a Laporta. Ante esto, ya se han puesto manos a la obra en la dirección deportiva para volver a peinar el mercado en busca de un posible sustituto para el banquillo en caso de que decidan cortar por lo sano. Algo que no es descartable hoy en día.